Federico Dean, 41 años, casado y con un hijo, decidió subir a la cima de una de las montañas más bonitas de los Alpes, el Montasio, quería un lugar idóneo para esparcir las cenizas de su hermano, que había fallecido semanas antes en un accidente de tráfico en México.
Pero en esta cima se encontró con la fatalidad. Después de un pequeño ritual, que consisitía en depositar las cenizas en la cumbre, dejar una placa conmemorativa y realizar unas fotos, se dispuso a inicial el descenso en compañía de un amigo. Pero un rayo cayó sobre él, y lo lanzó contra una pared de rocas, saliendo rebotado un centenar de metros, debido a estos golpes, falleció allí mismo.
Fuente: Corriere della Sera
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