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La legalización de la marihuana y el Presupuesto de Egresos

Países europeos perciben importantes ingresos tributarios por la comercialización de marihuana. El reciente anuncio de que los votantes de los estados de Washington y Colorado, en Estados Unidos (EU), refrendaron que la venta y el consumo de marihuana para uso recreativo debe convertirse en una actividad legal en dichos territorios, ha provocado importantes reacciones de este lado de la frontera, al grado de reabrir el debate sobre la despenalización de la marihuana en nuestro país. La verdad es que no se requería de dicho sufragio para darnos cuenta de que en EU el consumo de dicha droga es prácticamente válido en casi la mitad de los estados y tolerado en casi todo el territorio, y que la obstinación del gobierno mexicano en una política de criminalización en el consumo y venta de drogas no ha dado ningún resultado tangible, ya que ni se ha reducido el tráfico de drogas a EU, ni desarticulado a ningún cártel, ni reducido el flujo ilegal de armas a nuestro país y, por el contrario, se han incrementado los niveles nacionales de consumo y, de manera muy particular, las expresiones de violencia y del número de decesos de miles de mexicanos. En algunas poblaciones la presencia militar refiere, no a una situación de combate a la delincuencia, sino a una verdadera guerra. Esto, al mismo tiempo en que en la soleada California -desde 1996- se prescribe marihuana en las farmacias (drugstore) para quienes padecen de insomnio o sufren estrés. En este mismo espacio –en agosto del 2010- relatamos que en EU, si bien el narcotráfico se encuentra penado, la posesión de drogas en más de 20 estados es absolutamente legal para quienes hubieran pagado un impuesto estatal al timbre. En Europa, países como la República Checa, Holanda, España y Bélgica perciben importantes ingresos tributarios por la comercialización de marihuana, la que solamente en Holanda produce cerca de 1,000 millones de pesos al año por concepto de Impuesto Sobre la Renta. De legalizarse la marihuana en California para uso recreativo, se estima –según la Universidad de Harvard- que la recaudación fiscal sería de 3,300 millones de pesos anuales y los ahorros presupuestales en policías superarían los 23 ,000 millones de pesos. Durante la presente administración, el Presupuesto de Egresos Federal (PEF) pasó de 2.2 a 3.7 billones de pesos. La lectura a las exposiciones de motivos de las leyes de ingresos y a los decretos del PEF anuales destaca que el crecimiento del gasto público hasta en una mitad se justificó por razones de seguridad pública asociadas con el combate al crimen organizado. No podemos reabrir el debate bajo las originales premisas del Secretario Poiré, de que las drogas son dañinas, de que el Estado debe combatir a los criminales y de que la legalización de las drogas no transforma a los criminales en ciudadanos responsables. No conozco, ni he escuchado a nadie que dude de la absoluta certeza de estos enunciados. Ésa no es la discusión y no debe seguir siendo el punto de partida de un debate serio y responsable sobre cómo resolver la situación actual. En el fondo, se trata de un vil problema económico y no de uno moral. De reducirse el debate a esa estrechez, deberíamos concluir en la prohibición del consumo de alcohol y tabaco, pues hay evidencia suficiente de que producen mayores daños y muertes que las asociadas con el consumo de drogas y de que gran parte de su comercio es ilegal. Recientemente, se publicó que un elevado porcentaje de niños comienza a beber a los 12 años. Para sentar las bases de un verdadero debate, debemos reconocer las siguientes premisas: (1) que los billonarios fondos federales para combatir al narcotráfico son menores que los recursos que produce dicho narcotráfico hacía EU, lo que permite al crimen organizado contar con armamento sofisticado y recursos para sobornar desde policías municipales hasta generales; (2) la legalización de algo ilegal reduce su precio, pues disminuye costos asociados como el soborno de policías corruptos o la compra de armamento para combatir a policías honestos; (3) la reducción de las ganancias de los cárteles permitirá al Estado contar con mayores recursos que los que obtendrían bandas financieramente debilitadas; y (4) la presión de EU por mantener la política de combate frontal al narcotráfico produce extraordinarias ganancias a una muy influyente industria armamentista que equipa tanto a las fuerzas del orden como a los cárteles. Reconocidas estas premisas reabramos el debate. Fuente: http://eleconomista.com.mx/columnas/columna-especial-valores/2012/11/18/legalizacion-marihuana-presupuesto-egresos

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